Dos mujeres unidas por su afán de superación. Anne Sullivan y Helen Keller

Helen Keller nació en el seno de una familia acomodada, el 27 de junio de 1880 en Alabama. Anne Sullivan había nacido 14 años antes (14/4/1866) en Massachusetts en una familia pobre de inmigrantes irlandeses; pero la historia de sus vidas quedó indisoluble para siempre gracias a la inteligencia y el deseo de superación de ambas.

A los 8 años Anne quedó huérfana de madre y fue separada de sus dos hermanos a los que se envió a vivir primero con familiares y posteriormente a un hogar para pobres en el que su hermano fallecería por enfermedad. Anne quedó al cuidado de su padre,  pero contrajo Tracoma, una infección bacteriana del ojo que la dejó parcialmente ciega, por lo que fue enviada a la escuela Perkins para niños ciegos en Boston. Este hecho cambiaría su vida para siempre. Allí se la cuidó con cariño y se le dio una educación. Gracias a varias operaciones  recuperó casi totalmente la vista, pero aquella experiencia y sus conocimientos de Braille la llevarían a dedicarse profesionalmente a la educación de niños con deficiencias visuales. Y es así como su vida se cruza con la de Helen Keller.

Con tan solo 19 meses de edad Helen enfermó gravemente de lo que hoy en día se cree que pudo ser meningitis o escarlatina y que en su tiempo los médicos describieron como "una congestión aguda del estómago y el cerebro". La pequeña sobrevivió pero con graves secuelas, quedó ciega y sorda, esto unido a su corta edad impidió también que aprendiera a hablar. Pese a sus dificultades sensoriales que la mantenían prácticamente aislada del mundo, su gran inteligencia hizo que aprendiera habilidades básicas para comunicarse. Cuando tenía 7 años sus padres contactaron con Alexander Graham Bell, conocido por trabajar con jóvenes sordos, para pedirle consejo y él les recomendó que acudieran al instituto Perkins para ciegos. Allí le asignaron a la joven de 20 años de edad Anne Sullivan como profesora. Lo primero que solicitó Anne  a los padres de Helen fue trasladarse con la niña a una pequeña casa de invitados durante un tiempo para poder instruirla sin interferencias. Sus padres debido a su falta de conocimientos para enfrentarse con una educación tan compleja, la habían criado hasta el momento en un ambiente de excesiva permisividad.
Anne consiguió con perseverancia disciplinar a la pequeña y enseñarla a comunicarse mediante el alfabeto dactilológico, consistente en representar las palabras mediante movimientos de la mano sobre la palma de la persona sordociega. Su capacidad para conectar con la niña se apoyó no solo en su amplio conocimiento sino también en su fe en las capacidades de Helen y en el cariño hacia ella.

Helen también aprendió a entender el habla de la gente gracias a las vibraciones  y los movimientos, colocando su mano sobre la boca y cuello del hablante (a principios del siglo XX Sophie Alcorn perfeccionaría este método de Anne Sullivan dando lugar al que hoy se conoce como método Tadoma) Helen llegó incluso a ser capaz de leer Braille (método de lectura a través del tacto) en cinco idiomas diferentes: inglés, francés, alemán, latín y griego.
Con la ayuda de su maestra Anne, que se encargaba de traducirle todas las clases, Helen pudo estudiar en el instituto y en 1904 se graduó Cum Laude en la Universidad de Radcliffe, siendo la primera persona sordociega en completar estudios universitarios.

Ambas mujeres seguirían unidas el resto de sus vidas ya no como maestra y discípula sino como colaboradoras y  grandes amigas. 



Dedicaron su vida a la defensa de los discapacitados sensoriales y visitaron hasta 39 países dando conferencias. Helen escribió una decena de libros, entre ellos:
  • La historia de mi vida (1902)
  • Optimismo (1903)
  • El mundo en el que vivo (1908)
  • El diario de Helen Keller (1938)
En su primera autobiografía (la historia de mi vida) Helen escribe, refiriéndose al día en que conoció a Anne Sullivan:

 ¿Habéis estado alguna vez en el mar en medio de una densa niebla cuando parece que una tiniebla blanca y tangible nos encierra y el buque, tenso y ansioso, avanza a tientas hacia la costa con plomada y sonda y uno espera con el corazón palpitante a que algo suceda? Antes del comienzo de mi educación yo era como ese buque, solo que no tenía brújula ni sonda, ni modo de saber a qué distancia estaba el puerto. ¡Luz, dadme luz! era el grito silencioso de mi alma, y la luz del amor brilló sobre mí en esa misma hora"
Anne Sullivan murió el 20 de octubre de 1936 en compañía de su gran amiga Helen; esta falleció en 1968 a la edad de 88 años. Las cenizas de ambas reposan una junto a otra en la catedral de Washington.

El milagro de Ana Sullivan

En 1959 el dramaturgo William Gibson escribió la obra teatral The miracle worker, que posteriormente sería llevada al cine en la magistral cinta del mismo título rodada por Arthur Penn en 1962. En España esta película se tituló El milagro de Ana Sullivan. Entre otros premios destacados, obtuvo el óscar a la mejor actriz principal  para Anne Bancroft por su papel de maestra y el de mejor actriz secundaria para Patti Duke por interpretar a la alumna sordociega.

Fuentes:
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